LOUIS ALTHUSSER |
LOUIS ALTHUSSER: IDEOLOGÍA
Y APARATOS IDEOLÓGICOS DEL ESTADO
FUNDAMENTOS
FILOSÓFICOS
Decía Marx que un niño sabe
que una formación social que no reproduzca las condiciones de producción al
mismo tiempo que produce, no sobrevivirá siquiera un año. Por lo tanto, la
condición final de la producción es la reproducción de las condiciones de
producción. Las tenaces evidencias (evidencias ideológicas de tipo empirista)
ofrecidas por el punto de vista de la mera producción e incluso de la simple
práctica productiva (abstracta ella misma con respecto al proceso de
producción) se incorporan de tal modo a nuestra conciencia cotidiana que es sumamente
difícil, por no decir casi imposible, elevarse hasta el punto de vista de la
reproducción. Considerando que toda
formación social depende de un modo de producción dominante, podemos decir que
el proceso de producción emplea las fuerzas productivas existentes en y bajo
relaciones de producción definidas. De donde resulta que, para existir, toda
formación social, al mismo tiempo que produce y para poder producir, debe
reproducir las condiciones de su producción.
1.
LA
ESCUELA Y LA IDEOLOGIA
1.1.
Reproducción
de los medios de producción.
Desde que Marx lo demostró en
el tomo II de El Capital, todo el mundo reconoce (incluso los economistas
burgueses que trabajan en la contabilidad nacional, o los modernos teóricos
"macroeconomistas, que no hay producción posible si no se asegura la
reproducción de las condiciones materiales de la producción.
Cualquier economista, sabe que
todos los años es necesario prever la reposición de lo que se agota o gasta en
la producción: materia prima, instalaciones fijas (edificios), instrumentos de
producción (máquinas), etc. Gracias al genio de Quesnay -que fue el primero que
planteó ese problema que "salta a la vista"- y al genio de Marx -que
lo resolvió-, que la reproducción de las condiciones materiales de la
producción no puede ser pensada a nivel de la empresa pues no es allí donde se
da en sus condiciones reales.
Ejemplo; el
señor X, capitalista, que produce telas de lana en su hilandería, debe
"reproducir" su materia prima, sus máquinas, etc. Pero quien las
produce para su producción no es él sino otros capitalistas: el señor Y, un
gran criador de ovejas de Australia, el señor Z, gran industrial metalúrgico,
productor de máquinas-herramienta, etc. quienes, para producir esos productos
que condicionan la reproducción de las condiciones de producción del señor X, deben
a su vez reproducir las condiciones de su propia producción. Todo ello en tales
proporciones que en el mercado nacional (cuando no en el mercado mundial) la
demanda de medios de producción (para la reproducción) pueda ser satisfecha por
la oferta.
Para pensar este mecanismo que
desemboca en una especie de "hilo sin fin" es necesario seguir la
trayectoria "global" de Marx, y estudiar especialmente en los tomos
II y III de El Capital, las relaciones de circulación del capital entre el
Sector I (producción de los medios de producción) y el Sector II (producción de
los medios de consumo), y la realización de la plusvalía.
1.2.
Reproducción
de la fuerza de trabajo.
La reproducción de la fuerza de trabajo se
opera, en lo esencial, fuera de la empresa. Dándole a la fuerza de trabajo el medio material para
que se reproduzca se asegura: el salario. El salario figura en la contabilidad
de la empresa, pero no como condición de la reproducción material de la fuerza
de trabajo, sino como "capital mano de obra". El salario representa
solamente la parte del valor producido por el gasto de la fuerza de trabajo,
indispensable para su reproducción, indispensable para
reconstituir la fuerza de trabajo del asalariado (“para vivienda, vestimenta y
alimentación”).
El valor (el salario)
necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo no está determinado solamente
por las necesidades de un salario minimo interprolesional garantizado, sino
también por las necesidades de un mínimo histórico variablemente. No basta con asegurar a la fuerza de trabajo las
condiciones materiales de su reproducción para que se reproduzca como tal. El
desarrollo de las fuerzas productivas y el tipo de unidad históricamente
constitutivo de esas fuerzas productivas en un momento dado determinan que la fuerza de trabajo debe ser diversamente
calificada y por lo tanto reproducida según las exigencias de la división
social-técnica del trabajo, en sus distintos "puestos" y
"empleos".
Esta reproducción de la
calificación de la fuerza de trabajo, tiende (se trata de una ley tendencial) a
asegurarse no ya "en el lugar de trabajo", sino, fuera
de la producción, por medio del sistema educativo capitalista y de otras
instancias e Instituciones.
Es posible llegar hasta un punto
más o menos avanzado de los estudios, pero de todas maneras se aprende a leer,
escribir y contar, algunas técnicas, y
también otras cosas, incluso elementos de "cultura científica" o
"literaria" utilizables directamente en los distintos puestos de la
producción. Junto con esas
técnicas y conocimientos, en la escuela se aprenden las "reglas" del
buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar todo agente de la
división del trabajo, según el puesto que está "destinado" a ocupar. Se
aprende también a "hablar bien el idioma", a "redactar” bien, lo
que de hecho significa "saber dirigirse" a los obreros, etcétera.
La reproducción de la fuerza de
trabajo no sólo exige una reproducción de su calificación sino, al mismo
tiempo, la reproducción de su sumisión a las reglas del orden establecido: una
reproducción de su sumisión a la Ideología dominante por parte de los obreros y
una reproducción de la capacidad de buen manejo de la ideología dominante por
parte de los agentes de la explotación y la represión.
La escuela enseña las
"habilidades" bajo formas que aseguran el sometimiento a la ideología
dominante o el dominio de su "práctica”. Todos los agentes de la producción,
la explotación y la represión, sin hablar de los "profesionales de la
ideología" (Marx) deben estar "compenetrados" en tal o cual
carácter con esta ideología para cumplir "concienzudamente" con sus tareas,
sea de explotados (los proletarios), de explotadores (los capitalistas), de
auxiliares de la explotación (los cuadros), de grandes sacerdotes de la
ideología dominante (sus “funcionarios”), etcétera.
2.
APARATOS
IDEOLOGICOS DEL ESTADO.
2.1.
El
estado.
El estado (y su existencia
dentro de su aparato) sólo tiene sentido en función del poder de Estado. Toda la
lucha política de las clases gira alrededor del Estado; de la toma y la
conservación del poder de Estado por cierta clase o por una alianza de clases. Esta
primera acotación nos obliga a distinguir el poder de Estado (conservación o
toma del poder de Estado), objetivo de la lucha política de clases por una
parte, y el aparato de Estado por la otra. Sabemos que el aparato de Estado
puede seguir en pie, como lo prueban las "revoluciones" burguesas del
siglo XIX y XX, puede seguir en pie bajo acontecimientos políticos que afecten
a la posesión del poder.
Se puede decir que esta
distinción entre poder de Estado y aparato de Estado forma parte, de la
"teoría marxista" del Estado desde el 18 Brumario y las Luchas de
clases en Francia, de Marx. En esa teoría siempre
han afirmado que: 1) el Estado es el aparato represivo de Estado; 2) se debe
distinguir entre el poder de Estado y el aparato de Estado; 3) el objetivo de la
lucha de clases concierne al poder de Estado y, a la utilización del aparato de
Estado por las clases que tienen el poder de Estado en función de sus objetivos
de clase y 4) el proletariado debe tomar el poder de Estado para destruir el
aparato burgués existente, reemplazarlo en una primera etapa por un aparato de
Estado proletariado, y elaborar en las etapas posteriores un proceso radical,
el de la destrucción del Estado.
2.2.
Los aparatos ideológicos de Estado.
Los aparatos ideológicos de Estado.
2.2.1. Ideologia.
Se sabe que la expresión “ideología"
fue forjada por Cabanis, Destutt de Tracy y sus amigos, quienes le asignaron
por objeto la teoría (genética) de las ideas. Cuando Marx retoma el término 50
años después le da, desde sus obras de juventud, un sentido muy distinto. La
ideología pasa a ser el sistema de ideas, de representaciones, que domina el
espíritu de un hombre o un grupo social. La lucha ideológico-política llevada
por Marx desde sus artículos de la Gaceta Renana debía confrontarlo muy pronto
con esta realidad y obligarlo a profundizar sus primeras intuiciones. En la
Ideología Alemana esta fórmula aparece, como pura ilusión, puro sueño, es
decir, nada. Para Marx un bricolage imaginario, un puro sueño, vacío y vano,
constituido con los "residuos diurnos" de la única realidad plena y
positiva, la de la historia concreta de individuos concretos, materiales, que
producen materialmente su existencia. La ideología es pensada por lo tanto como
una construcción imaginaria.
La ideología no tiene
historia: su historia está fuera de ella, allí donde existe la única historia existente,
la de los individuos concretos, etc.
Para simplificar la expresión,
teniendo en cuenta lo dicho sobre las ideologías será conveniente emplear la
palabra ideología a secas para designar la ideología en general, de la cual
acabo de decir que no tiene historia o, lo que es igual, que es eterna, es
decir, omnipresente bajo su forma inmutable, en toda la historia. Comparando
con la expresión de Freud, la ideología es eterna, igual que el inconsciente por
el hecho de que la eternidad del inconsciente está en relación con la eternidad
de la ideología en general.
La ideología representa la
relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia:
·
La ideología representa la relación imaginaria
de los individuos con sus condiciones reales de existencia: la existencia de un
pequeño grupo de hombres cínicos que basan su dominación y explotación del
"pueblo" en una representación falseada del mundo que han imaginado
para esclavizar los espíritus mediante el dominio de su imaginación.
·
La
ideología tiene una existencia material: la existencia ideal, idealista,
espiritual de las "ideas" deriva exclusivamente de una ideología de
la "idea" y de la ideología y, agreguemos, de una ideología de lo que
parece fundar" esta concepción desde la aparición de las ciencias. Se
concluye que:
·
1) No hay práctica sino por y bajo una
ideología.
·
2) No hay ideología sino por el sujeto y para
los sujetos.
2.2.2. Los aparatos ideológicos de estado y
aparato represivo de estado.
Para hacer progresar la teoría
del Estado es indispensable tener en cuenta no sólo la distinción entre poder
de Estado y aparato de Estado, sino también otra realidad que se manifiesta
junto al aparato (represivo) de Estado, pero que no se confunde con él. En la
teoría marxista el aparato de Estado (AE) comprende: el gobierno, la
administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, etc.,
que constituyen lo ahora el aparato represivo de Estado. Represivo significa
que el aparato de Estado en cuestión funciona mediante la violencia.
Se designa con el nombre de
aparatos ideológicos de Estado cierto número de realidades que se presentan al
observador inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas,
tales como: Religiosos (el sistema de la
distintas Iglesias), escolar (el sistema de las distintas "Escuelas”,
públicas y privadas), familiar, jurídico, político (el sistema político del
cual forman parte los distintos partidos), sindical, de información (prensa,
radio, T.V., etc.), cultural (literatura, artes, deportes, etc.).
En un primer momento podemos
observar que si existe un aparato (represivo) de Estado, existe una pluralidad
de aparatos ideológicos de Estado. En un segundo momento, podemos comprobar que
mientras que el aparato (represivo) de Estado (unificado) pertenece enteramente
al dominio público, la mayor parte de los aparatos ideológicos de Estado (en su
aparente dispersión) provienen en cambio del dominio privado. Son privadas las
Iglesias, los partidos, los sindicatos, las familias, algunas escuelas, la
mayoría de los diarios, las instituciones culturales, etc.
Es necesario tomar en cuenta
la segunda y preguntamos con qué derecho podemos considerar como aparatos
ideológicos de Estado instituciones que en su mayoría no poseen carácter
público sino que son simplemente privadas. La distinción entre lo público y lo
privado es una distinción interna del derecho burgués, válida en los dominios
(subordinados) donde el derecho burgués ejerce sus "poderes". Poco
importa si las instituciones que los materializan son "públicas" o
"privadas"; lo que importa es su funcionamiento.
Hay una diferencia fundamental
entre los AIE y el aparato (represivo) de Estado: el aparato represivo de
Estado “funciona mediante la violencia", en tanto que los AIE funcionan
mediante la ideología. El aparato (represivo) de Estado, por su cuenta,
funciona masivamente con la represión (incluso física), como forma
predominante, y sólo secundariamente con la ideología, en situaciones límite,
una represión muy atenuada, disimulada, es decir simbólica. Ejemplo: el
ejército y la policía utilizan también la ideología, tanto para asegurar su
propia cohesión y reproducción, como por los 'Valores" que ambos proponen
hacia afuera.
Si los AIE “funcionan"
masivamente con la ideología como forma predominante, lo que unifica su
diversidad es ese mismo funcionamiento, en la medida en que la ideología con la
que funcionan, en realidad está siempre unificada, a pesar de su diversidad y
sus contradicciones, bajo la ideología dominante. Si “la clase dominante"
tiene el poder del Estado, y dispone por lo tanto del aparato (represivo), se
admite que la misma clase dominante sea parte activa de los aparatos
ideológicos de Estado, en la medida en que, es la ideología dominante la que se
realiza. Es muy distinto actuar por medio de leyes y decretos en el aparato
(represivo) de Estado y "actuar" por intermedio de la ideología
dominante, ninguna clase puede tener en sus manos el poder de Estado en forma
duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los aparatos
ideológicos de Estado.
Los aparatos ideológicos de Estado
pueden no sólo ser objeto sino también lugar de la lucha de clases. La
clase en el poder no puede imponer su ley en los aparatos ideológicos como en
el aparato represivo, no sólo porque las antiguas clases dominantes pueden
conservar en ellos posiciones fuertes durante mucho tiempo, sino el medio y la
ocasión de expresarse en ellos.
Enero-abril
de 1969
P.S.
Sí bien estas pocas tesis esquemáticas permiten aclarar ciertos aspectos del
funcionamiento de la superestructura y de su modo de intervención en la
infraestructura son evidentemente abstractas y dejan necesariamente en suspenso
importantes problemas, sobre los cuales debemos decir unas palabras:
1)
El problema del proceso de conjunto de la realización de la reproducción de las
relaciones de producción. Los AIE contribuyen, como elemento de ese proceso, a
esta reproducción. Pero el punto de vista de su simple contribución se mantiene
abstracto.
Solamente
en el seno mismo de los procesos de producción y de circulación se realiza esta
reproducción. Es realizada por el mecanismo de esos procesos, donde es
“perfeccionada” la formación de los trabajadores, donde les son asignados los
puestos, etc. Es en el mecanismo interno de esos procesos donde va a ejercerse
el efecto de diferentes ideologías (ante todo de la ideología jurídico-moral).
Pero
este punto de vista continúa siendo abstracto, dado que en una sociedad de
clase las relaciones de producción son relaciones de explotación, por lo tanto,
relaciones entre clases antagónicas.
La
reproducción de las relaciones de producción, objetivo último de la clase
dominante, no puede ser una simple operación técnica de formación y
distribución de los individuos en los diferentes puestos de la "división
técnica" del trabajo. En verdad no existe, salvo en la ideología de la
clase dominante, "una división técnica" del trabajo: toda división
"técnica”, toda organización "técnica" del trabajo es la forma y
la máscara de una división y una organización sociales (de clase) del trabajo. La
reproducción de las relaciones de producción sólo puede ser, por lo tanto, una
empresa de clase. Se realiza a través de una lucha de clases que opone la clase
dominante a la clase explotada.
El
proceso de conjunto de la realización de la reproducción de las relaciones de
producción se mantiene pues abstracto a menos de ubicarse en el punto de vista
de la lucha de clases, Ubicarse en el punto de vista de la reproducción es, en
última instancia, por lo tanto, ubicarse en el punto de vista de la lucha de
clases.
2)
El problema de la naturaleza de clase de las ideologías que existen en una
formación social. El "mecanismo" de la ideología en general es una
cosa. Se ha visto que se reducía a ciertos principios contenidos en pocas
palabras (tan “pobres" como las que definen según Marx la producción en
general, o en Freud el inconsciente en general). Si hay en él algo de verdad,
ese mecanismo es abstracto con respecto a toda formación ideológica real.
Se
ha propuesto la idea de que las ideologías eran realizadas en las
instituciones, en sus rituales y sus prácticas, los AIE. Se ha visto que éstos
contribuían a una formación de la lucha de clases, vital para la clase
dominante, que es la reproducción de las relaciones de producción. Pero este
mismo punto de vista, por más real que sea, sigue siendo abstracto.
En
efecto, el Estado y sus aparatos sólo tienen sentido desde el punto de vista de
la lucha de clases, como aparato de lucha de clases que asegura la opresión de
clases y garantiza las condiciones de la explotación y de su reproducción. Pero
no existe lucha de clases sin clases antagónicas. Quien dice lucha de clase de
la clase dominante dice resistencia, rebelión y lucha de clase de la clase
dominada.
Por
esta razón los AIE no son la realización de la ideología en general, ni tampoco
la realización sin conflictos de la ideología de la clase dominante. La
ideología de la clase dominante no se convierte en dominante por gracia divina,
ni en virtud de la simple toma del poder de Estado. Esta ideología es
realizada, se realiza y se convierte en dominante con la puesta en marcha de
los AIE. Ahora bien esta puesta en marcha no se hace sola, por el contrario, es
objeto de una ininterrumpida y muy dura lucha de clases: primero contra las
antiguas clases dominantes y sus posiciones en los viejos y nuevos AIE, después
contra la clase explotada.
Pero
este punto de vista de la lucha de clases en los AIE es todavía abstracto. Di
efecto, la lucha de clases en los AIE es ciertamente un aspecto de la lucha de
clases, a veces importante y sintomático. Por ejemplo la lucha antirreligiosa
del siglo XVIII, y actualmente, la "crisis" del AIE escolar en todos
los países capitalistas. Pero la lucha de clases en los AIE es sólo un aspecto
de una lucha de clases que desborda los AIE. La ideología que una clase en el
poder convierte en dominante en sus AIE, se realiza en esos AIE, pero los
desborda, pues viene de otra parte, también la ideología que una clase dominada
consigue defender en y contra tales AIE los desborda, pues viene de otra parte.
Las
ideologías existentes en una formación social sólo pueden explicarse desde el
punto de vista de las clases, es decir, de la lucha de clases. No sólo desde
ese punto de partida es posible explicar la realización de la ideología
dominante en los AIE y las formas de lucha de clases en las cuales tanto la
sede como lo que está en juego son los AIE. Pero también y principalmente desde
ese punto de vista se puede comprender de dónde provienen las ideologías que se
realizan en los AIE y allí se enfrentan.
Puesto
que si es verdad que los AIE representan la forma en la cual la ideología de la
clase dominante debe necesariamente realizarse y la forma con la cual la clase
dominada debe necesariamente medirse y enfrentarse, las ideologías no
"nacen” en los AIE sino que son el producto de las clases sociales tomadas
en la lucha de clases: de sus condiciones de existencia, de sus prácticas, de
su experiencia de lucha, etcétera.
Abril de 1970
BIBLIOGRAFÍA
· ALTHUSSER,
Louis. Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Freud y Lacan, Nueva
Visión, Buenos Aires, 1988.
·
www.
Geocities.com/nomfalso
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