miércoles, 3 de abril de 2019

LOUIS ALTHUSSER

LOUIS ALTHUSSER: IDEOLOGÍA Y APARATOS IDEOLÓGICOS DEL ESTADO

FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS

Decía Marx que un niño sabe que una formación social que no reproduzca las condiciones de producción al mismo tiempo que produce, no sobrevivirá siquiera un año. Por lo tanto, la condición final de la producción es la reproducción de las condiciones de producción. Las tenaces evidencias (evidencias ideológicas de tipo empirista) ofrecidas por el punto de vista de la mera producción e incluso de la simple práctica productiva (abstracta ella misma con respecto al proceso de producción) se incorporan de tal modo a nuestra conciencia cotidiana que es sumamente difícil, por no decir casi imposible, elevarse hasta el punto de vista de la reproducción. Considerando  que toda formación social depende de un modo de producción dominante, podemos decir que el proceso de producción emplea las fuerzas productivas existentes en y bajo relaciones de producción definidas. De donde resulta que, para existir, toda formación social, al mismo tiempo que produce y para poder producir, debe reproducir las condiciones de su producción.

1.    LA ESCUELA Y LA IDEOLOGIA

1.1.        Reproducción de los medios de producción.

Desde que Marx lo demostró en el tomo II de El Capital, todo el mundo reconoce (incluso los economistas burgueses que trabajan en la contabilidad nacional, o los modernos teóricos "macroeconomistas, que no hay producción posible si no se asegura la reproducción de las condiciones materiales de la producción.
Cualquier economista, sabe que todos los años es necesario prever la reposición de lo que se agota o gasta en la producción: materia prima, instalaciones fijas (edificios), instrumentos de producción (máquinas), etc. Gracias al genio de Quesnay -que fue el primero que planteó ese problema que "salta a la vista"- y al genio de Marx -que lo resolvió-, que la reproducción de las condiciones materiales de la producción no puede ser pensada a nivel de la empresa pues no es allí donde se da en sus condiciones reales.
Ejemplo; el señor X, capitalista, que produce telas de lana en su hilandería, debe "reproducir" su materia prima, sus máquinas, etc. Pero quien las produce para su producción no es él sino otros capitalistas: el señor Y, un gran criador de ovejas de Australia, el señor Z, gran industrial metalúrgico, productor de máquinas-herramienta, etc. quienes, para producir esos productos que condicionan la reproducción de las condiciones de producción del señor X, deben a su vez reproducir las condiciones de su propia producción. Todo ello en tales proporciones que en el mercado nacional (cuando no en el mercado mundial) la demanda de medios de producción (para la reproducción) pueda ser satisfecha por la oferta.
Para pensar este mecanismo que desemboca en una especie de "hilo sin fin" es necesario seguir la trayectoria "global" de Marx, y estudiar especialmente en los tomos II y III de El Capital, las relaciones de circulación del capital entre el Sector I (producción de los medios de producción) y el Sector II (producción de los medios de consumo), y la realización de la plusvalía.

1.2.        Reproducción de la fuerza de trabajo.

La  reproducción de la fuerza de trabajo se opera, en lo esencial, fuera de la empresa. Dándole  a la fuerza de trabajo el medio material para que se reproduzca se asegura: el salario. El salario figura en la contabilidad de la empresa, pero no como condición de la reproducción material de la fuerza de trabajo, sino como "capital mano de obra". El salario representa solamente la parte del valor producido por el gasto de la fuerza de trabajo, indispensable para su reproducción, indispensable para reconstituir la fuerza de trabajo del asalariado (“para vivienda, vestimenta y alimentación”).
El valor (el salario) necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo no está determinado solamente por las necesidades de un salario minimo interprolesional garantizado, sino también por las necesidades de un mínimo histórico variablemente. No  basta con asegurar a la fuerza de trabajo las condiciones materiales de su reproducción para que se reproduzca como tal. El desarrollo de las fuerzas productivas y el tipo de unidad históricamente constitutivo de esas fuerzas productivas en un momento dado  determinan que la fuerza de trabajo debe ser diversamente calificada y por lo tanto reproducida según las exigencias de la división social-técnica del trabajo, en sus distintos "puestos" y "empleos".
Esta reproducción de la calificación de la fuerza de trabajo, tiende (se trata de una ley tendencial) a asegurarse no ya "en el lugar de trabajo", sino, fuera de la producción, por medio del sistema educativo capitalista y de otras instancias e Instituciones.
Es posible llegar hasta un punto más o menos avanzado de los estudios, pero de todas maneras se aprende a leer, escribir y contar,  algunas técnicas, y también otras cosas, incluso elementos de "cultura científica" o "literaria" utilizables directamente en los distintos puestos de la producción. Junto  con esas técnicas y conocimientos, en la escuela se aprenden las "reglas" del buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar todo agente de la división del trabajo, según el puesto que está "destinado" a ocupar. Se aprende también a "hablar bien el idioma", a "redactar” bien, lo que de hecho significa "saber dirigirse" a los obreros, etcétera.
La reproducción de la fuerza de trabajo no sólo exige una reproducción de su calificación sino, al mismo tiempo, la reproducción de su sumisión a las reglas del orden establecido: una reproducción de su sumisión a la Ideología dominante por parte de los obreros y una reproducción de la capacidad de buen manejo de la ideología dominante por parte de los agentes de la explotación y la represión.
La escuela enseña las "habilidades" bajo formas que aseguran el sometimiento a la ideología dominante o el dominio de su "práctica”. Todos los agentes de la producción, la explotación y la represión, sin hablar de los "profesionales de la ideología" (Marx) deben estar "compenetrados" en tal o cual carácter con esta ideología para cumplir "concienzudamente" con sus tareas, sea de explotados (los proletarios), de explotadores (los capitalistas), de auxiliares de la explotación (los cuadros), de grandes sacerdotes de la ideología dominante (sus “funcionarios”), etcétera.

2.    APARATOS IDEOLOGICOS DEL ESTADO.

2.1.        El estado.

El estado (y su existencia dentro de su aparato) sólo tiene sentido en función del poder de Estado. Toda la lucha política de las clases gira alrededor del Estado; de la toma y la conservación del poder de Estado por cierta clase o por una alianza de clases. Esta primera acotación nos obliga a distinguir el poder de Estado (conservación o toma del poder de Estado), objetivo de la lucha política de clases por una parte, y el aparato de Estado por la otra. Sabemos que el aparato de Estado puede seguir en pie, como lo prueban las "revoluciones" burguesas del siglo XIX y XX, puede seguir en pie bajo acontecimientos políticos que afecten a la posesión del poder.
Se puede decir que esta distinción entre poder de Estado y aparato de Estado forma parte, de la "teoría marxista" del Estado desde el 18 Brumario y las Luchas de clases en Francia, de Marx. En esa teoría siempre han afirmado que: 1) el Estado es el aparato represivo de Estado; 2) se debe distinguir entre el poder de Estado y el aparato de Estado; 3) el objetivo de la lucha de clases concierne al poder de Estado y, a la utilización del aparato de Estado por las clases que tienen el poder de Estado en función de sus objetivos de clase y 4) el proletariado debe tomar el poder de Estado para destruir el aparato burgués existente, reemplazarlo en una primera etapa por un aparato de Estado proletariado, y elaborar en las etapas posteriores un proceso radical, el de la destrucción del Estado.
2.2.        
Los aparatos ideológicos de Estado.

2.2.1.   Ideologia.

Se sabe que la expresión “ideología" fue forjada por Cabanis, Destutt de Tracy y sus amigos, quienes le asignaron por objeto la teoría (genética) de las ideas. Cuando Marx retoma el término 50 años después le da, desde sus obras de juventud, un sentido muy distinto. La ideología pasa a ser el sistema de ideas, de representaciones, que domina el espíritu de un hombre o un grupo social. La lucha ideológico-política llevada por Marx desde sus artículos de la Gaceta Renana debía confrontarlo muy pronto con esta realidad y obligarlo a profundizar sus primeras intuiciones. En la Ideología Alemana esta fórmula aparece, como pura ilusión, puro sueño, es decir, nada. Para Marx un bricolage imaginario, un puro sueño, vacío y vano, constituido con los "residuos diurnos" de la única realidad plena y positiva, la de la historia concreta de individuos concretos, materiales, que producen materialmente su existencia. La ideología es pensada por lo tanto como una construcción imaginaria.
La ideología no tiene historia: su historia está fuera de ella, allí donde existe la única historia existente, la de los individuos concretos, etc.
Para simplificar la expresión, teniendo en cuenta lo dicho sobre las ideologías será conveniente emplear la palabra ideología a secas para designar la ideología en general, de la cual acabo de decir que no tiene historia o, lo que es igual, que es eterna, es decir, omnipresente bajo su forma inmutable, en toda la historia. Comparando con la expresión de Freud, la ideología es eterna, igual que el inconsciente por el hecho de que la eternidad del inconsciente está en relación con la eternidad de la ideología en general.
La ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia:
·         La ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia: la existencia de un pequeño grupo de hombres cínicos que basan su dominación y explotación del "pueblo" en una representación falseada del mundo que han imaginado para esclavizar los espíritus mediante el dominio de su imaginación.
·         La  ideología tiene una existencia material: la existencia ideal, idealista, espiritual de las "ideas" deriva exclusivamente de una ideología de la "idea" y de la ideología y, agreguemos, de una ideología de lo que parece fundar" esta concepción desde la aparición de las ciencias. Se concluye que:
·         1) No hay práctica sino por y bajo una ideología.
·         2) No hay ideología sino por el sujeto y para los sujetos.
       
2.2.2.   Los aparatos ideológicos de estado y aparato represivo de estado.

Para hacer progresar la teoría del Estado es indispensable tener en cuenta no sólo la distinción entre poder de Estado y aparato de Estado, sino también otra realidad que se manifiesta junto al aparato (represivo) de Estado, pero que no se confunde con él. En la teoría marxista el aparato de Estado (AE) comprende: el gobierno, la administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, etc., que constituyen lo ahora el aparato represivo de Estado. Represivo significa que el aparato de Estado en cuestión funciona mediante la violencia.
Se designa con el nombre de aparatos ideológicos de Estado cierto número de realidades que se presentan al observador inmediato bajo la forma de instituciones distintas y especializadas, tales como: Religiosos  (el sistema de la distintas Iglesias), escolar (el sistema de las distintas "Escuelas”, públicas y privadas), familiar, jurídico, político (el sistema político del cual forman parte los distintos partidos), sindical, de información (prensa, radio, T.V., etc.), cultural (literatura, artes, deportes, etc.).
En un primer momento podemos observar que si existe un aparato (represivo) de Estado, existe una pluralidad de aparatos ideológicos de Estado. En un segundo momento, podemos comprobar que mientras que el aparato (represivo) de Estado (unificado) pertenece enteramente al dominio público, la mayor parte de los aparatos ideológicos de Estado (en su aparente dispersión) provienen en cambio del dominio privado. Son privadas las Iglesias, los partidos, los sindicatos, las familias, algunas escuelas, la mayoría de los diarios, las instituciones culturales, etc.
Es necesario tomar en cuenta la segunda y preguntamos con qué derecho podemos considerar como aparatos ideológicos de Estado instituciones que en su mayoría no poseen carácter público sino que son simplemente privadas. La distinción entre lo público y lo privado es una distinción interna del derecho burgués, válida en los dominios (subordinados) donde el derecho burgués ejerce sus "poderes". Poco importa si las instituciones que los materializan son "públicas" o "privadas"; lo que importa es su funcionamiento.
Hay una diferencia fundamental entre los AIE y el aparato (represivo) de Estado: el aparato represivo de Estado “funciona mediante la violencia", en tanto que los AIE funcionan mediante la ideología. El aparato (represivo) de Estado, por su cuenta, funciona masivamente con la represión (incluso física), como forma predominante, y sólo secundariamente con la ideología, en situaciones límite, una represión muy atenuada, disimulada, es decir simbólica. Ejemplo: el ejército y la policía utilizan también la ideología, tanto para asegurar su propia cohesión y reproducción, como por los 'Valores" que ambos proponen hacia afuera.
Si los AIE “funcionan" masivamente con la ideología como forma predominante, lo que unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento, en la medida en que la ideología con la que funcionan, en realidad está siempre unificada, a pesar de su diversidad y sus contradicciones, bajo la ideología dominante. Si “la clase dominante" tiene el poder del Estado, y dispone por lo tanto del aparato (represivo), se admite que la misma clase dominante sea parte activa de los aparatos ideológicos de Estado, en la medida en que, es la ideología dominante la que se realiza. Es muy distinto actuar por medio de leyes y decretos en el aparato (represivo) de Estado y "actuar" por intermedio de la ideología dominante, ninguna clase puede tener en sus manos el poder de Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los aparatos ideológicos de Estado.
Los aparatos ideológicos de Estado pueden no sólo ser objeto sino también lugar de la lucha de clases. La clase en el poder no puede imponer su ley en los aparatos ideológicos como en el aparato represivo, no sólo porque las antiguas clases dominantes pueden conservar en ellos posiciones fuertes durante mucho tiempo, sino el medio y la ocasión de expresarse en ellos.    
                                                           
                                                                                             Enero-abril de 1969
P.S. Sí bien estas pocas tesis esquemáticas permiten aclarar ciertos aspectos del funcionamiento de la superestructura y de su modo de intervención en la infraestructura son evidentemente abstractas y dejan necesariamente en suspenso importantes problemas, sobre los cuales debemos decir unas palabras:
1) El problema del proceso de conjunto de la realización de la reproducción de las relaciones de producción. Los AIE contribuyen, como elemento de ese proceso, a esta reproducción. Pero el punto de vista de su simple contribución se mantiene abstracto.
Solamente en el seno mismo de los procesos de producción y de circulación se realiza esta reproducción. Es realizada por el mecanismo de esos procesos, donde es “perfeccionada” la formación de los trabajadores, donde les son asignados los puestos, etc. Es en el mecanismo interno de esos procesos donde va a ejercerse el efecto de diferentes ideologías (ante todo de la ideología jurídico-moral).
Pero este punto de vista continúa siendo abstracto, dado que en una sociedad de clase las relaciones de producción son relaciones de explotación, por lo tanto, relaciones entre clases antagónicas.
La reproducción de las relaciones de producción, objetivo último de la clase dominante, no puede ser una simple operación técnica de formación y distribución de los individuos en los diferentes puestos de la "división técnica" del trabajo. En verdad no existe, salvo en la ideología de la clase dominante, "una división técnica" del trabajo: toda división "técnica”, toda organización "técnica" del trabajo es la forma y la máscara de una división y una organización sociales (de clase) del trabajo. La reproducción de las relaciones de producción sólo puede ser, por lo tanto, una empresa de clase. Se realiza a través de una lucha de clases que opone la clase dominante a la clase explotada.
El proceso de conjunto de la realización de la reproducción de las relaciones de producción se mantiene pues abstracto a menos de ubicarse en el punto de vista de la lucha de clases, Ubicarse en el punto de vista de la reproducción es, en última instancia, por lo tanto, ubicarse en el punto de vista de la lucha de clases.
2) El problema de la naturaleza de clase de las ideologías que existen en una formación social. El "mecanismo" de la ideología en general es una cosa. Se ha visto que se reducía a ciertos principios contenidos en pocas palabras (tan “pobres" como las que definen según Marx la producción en general, o en Freud el inconsciente en general). Si hay en él algo de verdad, ese mecanismo es abstracto con respecto a toda formación ideológica real.
Se ha propuesto la idea de que las ideologías eran realizadas en las instituciones, en sus rituales y sus prácticas, los AIE. Se ha visto que éstos contribuían a una formación de la lucha de clases, vital para la clase dominante, que es la reproducción de las relaciones de producción. Pero este mismo punto de vista, por más real que sea, sigue siendo abstracto.
En efecto, el Estado y sus aparatos sólo tienen sentido desde el punto de vista de la lucha de clases, como aparato de lucha de clases que asegura la opresión de clases y garantiza las condiciones de la explotación y de su reproducción. Pero no existe lucha de clases sin clases antagónicas. Quien dice lucha de clase de la clase dominante dice resistencia, rebelión y lucha de clase de la clase dominada.
Por esta razón los AIE no son la realización de la ideología en general, ni tampoco la realización sin conflictos de la ideología de la clase dominante. La ideología de la clase dominante no se convierte en dominante por gracia divina, ni en virtud de la simple toma del poder de Estado. Esta ideología es realizada, se realiza y se convierte en dominante con la puesta en marcha de los AIE. Ahora bien esta puesta en marcha no se hace sola, por el contrario, es objeto de una ininterrumpida y muy dura lucha de clases: primero contra las antiguas clases dominantes y sus posiciones en los viejos y nuevos AIE, después contra la clase explotada.
Pero este punto de vista de la lucha de clases en los AIE es todavía abstracto. Di efecto, la lucha de clases en los AIE es ciertamente un aspecto de la lucha de clases, a veces importante y sintomático. Por ejemplo la lucha antirreligiosa del siglo XVIII, y actualmente, la "crisis" del AIE escolar en todos los países capitalistas. Pero la lucha de clases en los AIE es sólo un aspecto de una lucha de clases que desborda los AIE. La ideología que una clase en el poder convierte en dominante en sus AIE, se realiza en esos AIE, pero los desborda, pues viene de otra parte, también la ideología que una clase dominada consigue defender en y contra tales AIE los desborda, pues viene de otra parte.
Las ideologías existentes en una formación social sólo pueden explicarse desde el punto de vista de las clases, es decir, de la lucha de clases. No sólo desde ese punto de partida es posible explicar la realización de la ideología dominante en los AIE y las formas de lucha de clases en las cuales tanto la sede como lo que está en juego son los AIE. Pero también y principalmente desde ese punto de vista se puede comprender de dónde provienen las ideologías que se realizan en los AIE y allí se enfrentan.
Puesto que si es verdad que los AIE representan la forma en la cual la ideología de la clase dominante debe necesariamente realizarse y la forma con la cual la clase dominada debe necesariamente medirse y enfrentarse, las ideologías no "nacen” en los AIE sino que son el producto de las clases sociales tomadas en la lucha de clases: de sus condiciones de existencia, de sus prácticas, de su experiencia de lucha, etcétera.                                                                 
                                                                                                   Abril de 1970

BIBLIOGRAFÍA

·   ALTHUSSER, Louis. Ideología y aparatos ideológicos del Estado. Freud y Lacan, Nueva Visión, Buenos Aires, 1988.
·         
      www. Geocities.com/nomfalso

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